Títeres sin cabeza y la literatura

Aún revuela el caso de los titiriteros de Madrid y, dejando de lado el ensayo de John Gray El alma de las marionetas: Breve estudio sobre la libertad del ser humano (Sexto Piso, 2015), me vienen a la cabeza tres presencias de titiriteros en tres momentos mágicos del arte reciente.
Precedida por una cita de La tempestad de Shakespeare ("De cada tres de mis pensamientos, uno se consagrará a mi tumba"), y con una inigualable intensidad emocional, siguen 500 páginas que son una de las obras maestras de la literatura del siglo XX,"surcada de vida, llena de carácter y sabiduría, reflejando las experiencias humanas más profundas: morir, recordar, aferrarnos los unos a los otros, con el impacto asombroso del primer descubrimiento de la conciencia. Nos enfrenta a nuestras pérdidas más dolorosas y a la indignación, por completo inútil, que genera el hecho de la propia muerte. Llena de sexo y de humor, es una auténtica despedida de la vida hecha literatura.
El protagonista es el ex-titiritero Mike Sabbath, que pudo haber estado dentro de la gallina Caponata pero dijo que no, un auténtico viejo verde que responde a la necesidad de Roth de "dejar entrar lo repugnante en la novela. Nos esforzamos muchísimo por no verlo. Nos limitamos a endosarle un nombre feo y mirar hacia otro lado", y entregarse a lo que considera la gran bendición americana (su impureza radica) y la amenaza constante (la fantasía de la pureza, que encuentra detestable). En un momento memorable pasea por el cementerio leyendo las lápidas: "Querida esposa Tillie. Querido esposo Bernard. Amado esposo y padre Fred. Querido marido y padre Frank. Mi amada esposa, nuestra querida madre Lena. Nuestro querido padre Marcos. Y así sucesivamente. Nadie amado sale con vida". Una energía narrativa impresionante, una vitalidad absorbente, que ve la muerte y se aferra a la vida, como un "Whitman de la negatividad" que renuncia al suicidio porque "todo lo que odiaba estaba aquí". En la página 248, Claudia Roth dice: "¿Quien en su sano juicio no adora el abracadabra de una escritura como ésta?".
Pero Roth también se acabó cansando de esa voz narrativa crepuscular y sintió la necesidad de darle voz a un buen hombre: así nacería el "Sueco" de su siguiente novela, que ganaría el Pulitzer, Pastoral americana, en 1997, primera novela de la Trilogía americana, con Me casé con un comunista y La mancha humana.
El libro de Claudia Roth muestra una de las mejores carreras literarias del siglo XX, desde el escandaloso Goodbye, Columbus de 1959, que hizo decir a un rabino: "En la Edad Media hubieran sabido qué hacer con él" hasta el Némesis de 2010, la que en 2012 anunció en Neesweek que sería su última novela ya que empezaba a colaborar con Blake Bailey, el biógrafo de Cheever y Richard Yates, para escribir su biografía oficial.